El implante dental es el destinado a ser el sustituto artificial de la raíz de un diente perdido. Habitualmente tiene forma roscada y está fabricado con materiales biocompatibles que no producen reacción de rechazo y permiten su unión al hueso. La superficie del implante puede presentar diferentes texturas y recubrimientos, utilizadas habitualmente para aumentar su adhesión al hueso (osteointegración si es de titanio y biointegración si se trata de un material cerámico).
Al reponer los dientes perdidos por medio de implantes se conserva mayor cantidad de hueso alveolar, ya que este al perder un diente se reabsorbe al no recibir ningún tipo de estímulo.
Ventajas de los implantes dentales
Las personas que deciden realizarse implantes dentales para recuperar dientes perdidos tienen múltiples beneficios, tanto prácticos como estéticos. Al volver a tener todas las piezas dentales, se vuelven a proceder con normalidad movimientos y gestos a la hora de comer, hablar y sonreír que mejoran tanto la estética como la salud física y mental.
En las ventajas destacamos:
- Recuperar la funcionalidad completa de la boca al tener todas las piezas dentales.
- Hablar y pronunciar sin dificultades, ya que la lengua podrá moverse de manera natural.
- Masticar correctamente, sin tener que pensar en ese diente que has perdido.
- Al masticar los alimentos de forma adecuada, mejora la digestión.
- Mejora la autoestima, ya que no te falta ningún diente.
Ventajas sobre otros tratamientos como las prótesis removibles:
- Son más cómodos. Ya que los implantes no necesitan ser fijados, ni se quitan para limpiarlos por las noches.
- Tienen más duración. Si el paciente los cuida bien pueden durar muchos años.
- Estos implantes dentales al no cubrir el paladar, hacen que aumente el sentido del gusto.
- No se mueven, ya que al fusionarse con el hueso, no corren el riesgo de moverse, desplazarse o caerse durante su uso por lo que el paciente puede comer cualquier alimento sin miedo a que se caigan.